Poetisa, narradora, filóloga, profesora y pianista costarricense. Desde muy temprana sintió una acusada vocación artística y humanística que la orientó hacia los estudios filológicos y musicales, en los que acabó especializándose y convirtiéndose en una de las mayores autoridades centroamericanas
Su formación académica comenzó en la Universidad de su país natal, para perfeccionarse y completarse luego en los Estados Unidos de América y, finalmente, en la Universidad de París (Francia). Con un doctorado en Letras en su haber, durante muchos años ejerció la docencia como Profesora Titular en la Universidad de Costa Rica, donde en la actualidad ocupa una plaza de Profesora Emérita especializada en música y literatura española e inglesa. A lo largo de toda su carrera profesional se ha convertido en una de las más tenaces y fecundas investigadoras costarricenses, y en maestra de toda una generación de estudiantes universitarios
En su condición de ensayista, Virginia Zúñiga Tristán ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre los que destaca el Premio " Aquileo Echeverría", que le fue concedido en 1976 por su trabajo titulado El anglicismo en el habla costarricense (1976). Doce años después, volvió a ser galardonada con el Primer Premio del Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Arte, que recayó en su libro titulado Zelmira Segreda, la alondra costarricense (1988). Además, el gobierno francés premió sus trabajos filológicos y literarios con la Medalla " Charles Baudelaire" (que le fue concedida en 1972) y con las "Palmas Académicas" en el Grado de Gran Caballero (distinción que se le otorgó un año más tarde)
Sus ensayos y escritos de investigación han quedado difundidos en más de mil artículos diseminados en diferentes revistas literarias y otros medios de difusión costarricenses e internacionales. De ahí que el nombre de Virginia Zúñiga Tristán haya traspasado las fronteras no sólo por su dedicación a la creación literaria y a los estudios artísticos y filológicos, sino también por su infatigable labor cultural, desarrollada en numerosas instituciones y plasmada en la realización de múltiples proyectos. Así, en efecto, tras abandonar la Universidad de Costa Rica fundó la Sección de Inglés en la Escuela de Ciencias y Letras; fundó también dos importantes publicaciones que pronto se convirtieron en medios emblemáticos de la difusión cultural en Costa Rica y de la voz femenina centroamericana (la Revista de Artes y Letras y Káñina); y creó y animó durante mucho tiempo el Departamento de Artes Dramáticas en Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa RIca
En su faceta de poetisa, Virginia Zúñiga Tristán ha sobresalido tanto por sus libros como por el gran número de composiciones sueltas que ha ido publicando en revistas literarias. Su mayor éxito internacional en este género fue un poema con el que se alzó con el primer premio del Certamen de Poesía sobre el Holocausto, convocado en Israel en 1985
Además de estas obras en verso, ha escrito numerosas narraciones breves (algunas de las cuales figuran por derecho propio en las mejores muestras antológicas del cuento costarricense, como la titulada Relatos de mujeres), y una obra por la que recibió los elogios unánimes de toda la crítica literaria y musical de su país: La Orquesta Sinfónica Nacional (1992)
(Cali, 1930) Matador de toros colombiano. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "Joselillo de Colombia". Miembro de una célebre dinastía de toreros colombianos, es hermano del diestro Manuel Zúñiga Villaquirán, y padre de un joven torero actual, José Edgar Zúñiga, que también se anuncia en los carteles bajo el apodo familiar de "Joselillo de Colombia"
Tras un período de fogueo inicial por diversas plazas de su lugar de origen, logró cruzar el Atlántico y presentarse en España, única vía para iniciar la andadura taurina de cualquiera que aspire a ser reconocido como figura del toreo. Una vez en suelo español, el día 1 de junio de 1952 hizo el paseíllo en la pequeña plaza madrileña de Vista Alegre, en donde, acompañado por los novilleros Pedro Palomo y "Mirabeleño", despachó un encierro marcado con el hierro de Quintana. Era aquélla una de las funciones que entonces se organizaban para dar una oportunidad a los jóvenes modestos que estaban empezando en la difícil profesión del toreo, oportunidad que, en el caso de "Joselillo de Colombia", tan sólo le sirvió para firmar un par de novilladas con picadores
Con tan modesto bagaje, acometió sin desmayo la temporada de 1953, en la que intervino en seis funciones picadas. Mas, para no dar lugar al desánimo, en el curso de aquella misma campaña aprovechó la ocasión que se le brindaba para tomar la alternativa, y se doctoró en la localidad murciana de Lorca el día 20 de septiembre. Fue su padrino el genial diestro madrileño (aunque nacido en Caracas) Antonio Mejías Jiménez (" Antonio Bienvenida"), quien, bajo la atenta mirada del coletudo sevillano Jaime Malaver García -que comparecía en calidad de testigo- le facultó para lidiar y estoquear a un toro perteneciente a la vacada del conde de Ruiseñada, que atendía a la voz de Bombardito
No tuvo ocasión de confirmar este título de doctor en tauromaquia hasta el día 12 de octubre de 1956, fecha en la que hizo el paseíllo a través de la arena de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid). Venía, a la sazón, apadrinado por el matador cordobés José María Martorell Navas, quien cedió el turno a "Joselillo de Colombia" para que lidiara y diera muerte a estoque a un morlaco llamado Algabeño, perteneciente a la ganadería de Ramos Matías. Corrió a cargo del espada mejicano Guillermo Carvajal Garibay dar fe -a guisa de testigo- de aquella confirmación de alternativa, en el curso de la cual José Zúñiga Villaquirán mereció el galardón de fuertes ovaciones
En tierras ultramarinas, "Joselillo de Colombia" confirmó su doctorado en las arenas de la plaza México (Ciudad de México), el día 8 de mayo de 1960. Fue en aquella ocasión su padrino el diestro azteca Juan Silveti, quien, en presencia de un testigo también mejicano, José Huerta Rivera ("Joselito Huerta"), le facultó para lidiar y despenar a un toro marcado con el hierro de La Punta
Viendo que su predicamento en Hispanoamérica iba en ascenso, decidió alternar el oficio de matador de toros con el beneficio de empresario taurino, actividad que poco a poco le fue alejando de los ruedos. Así las cosas, el 8 de marzo de 1964 se cortó la coleta en las arenas de su Cali natal, retirada que apenas duró un par de años. Sin embargo, esta reaparición no cosechó tantos triunfos como "Joselillo de Colombia" había deseado, por lo que optó por cortarse definitivamente la coleta en 1975