Pintor español. Nació en el seno de una familia de artistas y recibió de su padre una primera formación básica, completada más tarde en Italia y en París, donde se relacionó con figuras de la talla de Gauguin, Degas y Puvis de Chavannes.
Su vida se caracterizó por frecuentes cambios de domicilio, que le llevaron a residir en París, Segovia, Andalucía, Madrid y Zumaya. Fascinado por la imaginería popular (tauromaquia, bailarinas de flamenco), más tarde eligió como tema de sus pinturas diversas escenas de la vida cotidiana, a menudo festivas o religiosas, que plasmó con una paleta oscura, fuertes dosis de realismo y un gran sentido dramático.
Expuso en numerosas ciudades europeas, y también en Nueva York y Buenos Aires, lo que proporcionó a su obra una considerable resonancia internacional. Dejó también famosos retratos (Unamuno, Marañón, Falla) y hermosos cuadros de paisajes
En su estilo pueden observarse las huellas del influjo de El Greco, Velázquez y Goya, como puede observarse en uno de sus cuadros más celebrados, El enano Gregorio. El tema de El enano Gregorio se inspira en los maestros del siglo XVII, en Velázquez principalmente. En esta época, los enanos y las personas que presentaban algún tipo de anormalidad física o psíquica servían de diversión en la corte real o en el séquito de los grandes señores.
Detalle de El enano Gregorio
Los maestros de aquel siglo retrataban a estos desgraciados personajes y no se limitaban a reflejar una imagen superficial, sino que también ponían de manifiesto su mundo espiritual. El enano Gregorio es un retrato de este tipo. La cara del enano es muy expresiva a pesar de su deformación. Denota inteligencia, tenacidad y algo de pillería campesina. Parece ser dueño de una gran fuerza interior que contrasta con su anormalidad física
(Barcelona, 1878-Nueva York, 1964) Escritor, pedagogo y político español. En 1910 se doctoró en Filosofía con una tesis sobre la Pedagogía en Rousseau. Colaboró en publicaciones como El Liberal, La Libertad, El Sol, Revista de Occidente y La Lectura.
Miembro del Partido Republicano Reformista, fue elegido diputado a Cortes en varias ocasiones durante la Monarquía de Alfonso XIII. Tras proclamarse la República se presentó a las elecciones de 1931 como independiente, saliendo elegido diputado en representación de la provincia de Badajoz.
Fue Ministro de Estado en uno de los gabinetes de Gobierno presidido por Azaña y embajador de España en Berlín y en el Vaticano, puesto en el que permaneció al estallar la Guerra Civil española y que desempeñó hasta el momento en que la Santa Sede reconoció el Gobierno del general Franco. Terminada la contienda se exilió a Colombia, donde trabajó como profesor en la Escuela Superior Normal de Bogotá y, luego, a Estados Unidos, donde falleció. Entre sus obras destacan ensayos como La edad heroica (1916), El ideal de la educación (1921), El rapto de América (1925) y La nueva edad heroica (1942)