Su nombre es Juan Carlos Jiménez Rufino, pero la gente lo conoce como La Mona Jiménez, lo llaman así porque de chico, cuando jugaba a que era Tarzán, los vecinos le decían “No, vos sos La Mona Chita”.
Nacido el 11 de enero de 1951, de “una masa de provincias” , es hoy el cordobés mas famoso.
De chico cantaba folklore y zapateaba.
Debutó como cantante del Cuarteto Berna a los 15 años, después de ganar un casting entre 40 postulantes. Con éste grabó cinco discos y cantaba solo por el sándwich y la coca.
En ese tiempo se tocaba el cuarteto de antes, que se llamaba Orquesta Característica. No tocaba en Córdoba, sino en las colonias: Colonia Caroya, Oncativo, etc., porque en Córdoba no los dejaban actuar porque “era cosa de negros”.
Se fue de la banda porque no le permitían bailar, ya que la estrella era Berna (un chico discapacitado que tocaba el piano).
Decidió unirse a su tío, Coco Ramaló, un hombre vinculado con el Cuarteto Leo, ideólogo del Cuarteto de Oro.
Carlitos se hizo conocido con ese grupo. Allí surgió el movimiento de la manito –“se la robé a un nene”- dice la Mona.
Con este grupo logró hits como: “Cortate el pelo cabezón” y empezó a disfrazarse.
A los 21 años, en un Belgrano-Talleres le estrellaron una botella en la cabeza. Subió a un auto, fue a su casa y durmió. Pero despertó cuatro meses después. Lo internaron. Le sacaron un coágulo grande como un durazno. Aprendió todo de vuelta: hablar, caminar, ir al baño. Por eso la leyenda de que tiene “un platino” en el cerebro. Pero no. La Mona no es Robocop.
El Día de los Inocentes de 1973 (primera salida después del botellazo) conoció a Juana Delseri, se casaron en abril del ’75.
Y La Mona se vistió de seda. Traje de seda rosa, con peinado afro y moñito: claro, la ropa de actuar, porque no tenía otra.
“No teníamos ni un peso, la noche de bodas la pasamos en un departamento pelado, sin muebles. Conclusión “hicimos el amor en el suelo”- dice la mona.
A los 33 años se independizó de su tío. –“le dije que ya no podía seguir cantando toda la vida con una bombita, que había que comprar luces, sonidos, que había que modernizarse. Me contestó que no, que el cuarteto era violín, piano, acordeón y bajo, que si no me gustara me fuera, y me fui”. www.cmj.com.ar
La Mona solista comenzó a animar bailes en la periferia de Córdoba, hasta que el Club Sargento Cabral le dio una oportunidad.
Estuvo 3 meses seguidos tocando ahí. Hacía trasnoche, de doce y media a cuatro y media y después de seis a ocho de la mañana.
Su primer hit fue “La flaca Marta” del disco “Para toda América”.
En un año ganó 3 autos 0km, en sendas rifas de clubes. Construyó su casa en el Barrio Residencial del Cerro de las Rosas y hasta pudo levantar la hipoteca.
Realiza obras benéficas, pero por lo general compra y regala, porque desconfía de las colectas. Tampoco habla de políticos, siempre reconoció haber heredado de la familia la simpatía por el peronismo.
Es muy cabulero, tiene una plaqueta de metal fucsia, de brillo gastado, que lleva a todos lados y hasta duerme con ella. También lleva un anillo de oro con la forma de una tuerca, el cual salió de dos anillos que le había dejado su padre antes de morir, cuando el tenía 17 años. Antes de cada concierto se carga de energía positiva frotando la plaqueta y arrancando unas hojas de Ruda Macho de la puerta de su casa.
Tiene un promedio de dos discos por año, uno para Julio y el otro para las fiestas, porque sino la gente se aburre.
En 1988 debutó en Buenos Aires en el Microestadio de Atlanta, luego copó el Luna Park y en 1989 en Cemento.
A fines de julio de 2000 La Mona Jiménez anunció que se había divorciado de Juana Delseri, su compañera de toda la vida y todavía hoy su manager infalible, una especie de Anderle de Sandro, pero más.
Juana Delseri, ex mujer de Carlos Jiménez, Dice que no da reportajes. Piensa que el mundo no se terminó. Que amar es dar. Y que es fácil dar en las buenas, pero que es mejor dar en situaciones difíciles. Al preguntarle si es capaz de perdonar, responde: “Mil veces”. Comenta que su felicidad son los hijos. Que por amor a ellos no baja los brazos: “Aunque me dieron varias piñas juntas”. No está enojada con Carlos Jiménez. Lo que dice no entender es “que una mujer salga por tevé, mostrando a su hija, haciendo circo”. Es dura. Y parece un poco sabia. Cursó hasta 6º grado y sólo lee libros de cocina. “Aunque soy empresaria, la palabra que más escucho es mamá.”
La Mona se despierta a las cinco de la tarde. Su rutina diaria incluye un desayuno frutal, un rato de ejercicios en su gimnasio, un paseo en bicicleta y una cena abundante, en la que no falta nunca un vaso con vino tinto, soda y hielo y otro con vino tinto solo. Duerme una siesta entre las 9 y las 12 de la noche y a partir de la 1 empieza el baile hasta las 5 de la mañana.
Tiene un hijo , Carlitos, quien grabó un disco tipo pop latino. Lorena, que es actriz y Natalia se dedica a la Costura y diseño de indumentaria Teatral, diseña la ropa de su padre.
La Mona, como todo el mundo lo conoce en sus 43 años de carrera lleva editados 80 compactos y a vendido mas de 3.000.000 de copias en todo el país. Solamente en Córdoba su CD numero 62 "Beso a beso con La Mona" vendió mas de 100.000 unidades.
Este cantante a hecho que el cuarteto cruce otras fronteras como: Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Italia, España, Canadá, EEUU, Inglaterra y Holanda.
Todos sus bailes son acompañados por nada menos que por 15.000 bailarines todos los fines de semanas.
En el escenario, como desde un sueño, La Mona hace señas con los dedos de las manos. Y está contestando al público: porque parada sobre los hombros de otros la gente también le hace señas, en un lenguaje secreto. Es increíble pero se están comunicando. “Alberdi, Talleres, Las Flores, Bustos”, dicen los dedos y nombran barrios y zonas de Córdoba, como si fuera magia pero simplemente lo resumimos diciendo “La Mona”...
Según él, va a dejar de cantar cuando el público se lo pida... no obstante en Córdoba y en todo el país es y será por mucho tiempo más el N°1 un ídolo popular.
(Manresa, 1983) Motociclista español. Destacada figura de la élite del motociclismo mundial y uno de los más prometedores valores del motociclismo español, Toni Elías se reveló en el año 2001 como un firme candidato a la corona de 125 c.c., en dura pugna con el italiano Manuel Poggiali.
Ambos pilotos subieron de categoría un año después para reeditar su duelo particular en 250 c.c. Tras varias temporadas poco afortunadas en MotoGP, volvió en 2010 a la categoría de Moto2 (antes 250 c.c.) y se proclamó campeón del mundo con insólita autoridad.
No fue casualidad la temprana vocación de Toni Elías por las motos, porque tanto su abuelo como su padre, campeón de España de motocross en diez ocasiones, se dedicaron a las carreras y regentaban una tienda especializada en su localidad natal (Manresa), en la que Elías solía pasar bastante tiempo empapándose de todo lo relacionado con este deporte. Su padre confiesa que, la primera vez que Toni se subió a una pequeña moto pocket, apuntaba ya maneras de auténtico piloto de carreras: "apuraba las frenadas, aprovechaba sus trazadas, derrapaba, dominaba la moto".
Toni Elías
Tras destacar en las categorías inferiores del motociclismo nacional, su inclusión entre la élite vino tutelada bajo la dirección de Alberto Puig, quien vislumbró en el joven piloto cualidades potenciales para convertirse en un futuro campeón. En 1999 se produjo su debut en el Campeonato del Mundo, en el marco del Gran Premio de España de 125 c.c., pero fue en 2000 cuando corrió su primera temporada completa del Mundial en el equipo Chupa Chups Matteoni, dirigido por Puig, en cuya clasificación final ocupó la vigésima plaza y obtuvo como mejor resultado una octava posición en Montmeló. Al mismo tiempo disputó el Campeonato de España de velocidad, en el que logró la tercera plaza. En su primer año, los resultados eran menos importantes que la experiencia adquirida, un factor tan decisivo en la alta competición como la calidad del piloto (algo fuera de duda en Elías) o las prestaciones de la máquina.
En 2001 pasó a correr en el equipo Telefónica Movistar Honda, y pronto dejó entrever que aquella temporada lucharía codo a codo con los mejores pilotos de la categoría: los italianos Cecchinello y Poggiali y al japonés Youichi Ui. Su primera victoria llegó en el circuito de Assen (Gran Premio de Holanda), donde además se convirtió en el piloto español más joven de la historia en subir a lo más alto del podio en una carrera del Mundial. Encadenó a continuación tres segundos puestos en los grandes premios de España, Inglaterra y Alemania, y un tercero en el Gran Premio de Francia, lo que le permitió encaramarse a las primeras posiciones de la clasificación.
Finalmente, en septiembre, tras su espectacular triunfo en el Gran Premio de Chequia (disputado en el circuito de Brno, donde dio una lección de pilotaje), alcanzó el liderato del Mundial a falta de seis carreras y sumó una quinta presencia consecutiva en el podio, una hazaña que ninguno de sus rivales había podido llevar a cabo. Estos éxitos le dieron a conocer entre los aficionados y el gran público de España, ansioso de encontrar una nueva estrella de la velocidad. Desgraciadamente, una caída alejó sus posibilidades de hacerse por el título; con todo, terminó la temporada con un meritorio tercer lugar en la clasificación general.
En 2002 debutó con Aprilia en una nueva cilindrada, la de 250 cc. Logró un triunfo en el GP de Japón y subió al podio en otras cuatro ocasiones, concluyendo el Mundial en cuarta posición, por detrás del campeón Melandri, el español Fonsi Nieto y el italiano Roberto Rolfo. 2003 fue la temporada de su confirmación en la categoría y lo demostró con dos victorias consecutivas en los G.P de España y Francia. Mantuvo un nivel extraordinario a lo largo de toda la competición; puntuó en la mayoría de las carreras, subió a lo más alto del podio en tres ocasiones más (Portugal, Pacífico y Malaisia) y logró más poles y más vueltas rápidas que cualquier otro piloto de la categoría. Con esta trayectoria mantuvo intactas sus opciones al título hasta la penúltima cita del Campeonato, pero en el circuito australiano de Phillip Island, en una jornada marcada por la lluvia, el piloto manresano acabó la carrera en undécima posición y perdió todas las posibilidades de convertirse en campeón del mundo. Su segundo puesto en el G.P. de la Comunidad Valenciana situó finalmente a Elías en la tercera plaza del Mundial, tras el sanmarinese Poggiali y el italiano Rolfo.
La temporada 2004 fue más irregular. Abandonó el equipo de Aspar y pasó al equipo Fortuna Honda, dirigido por Daniel Amatriain. Con su Honda RSW250 consiguió una gran victoria en Portugal y dos segundos puestos en Brasil y Japón, sumando a lo largo de la temporada ocho podios. Pero el cuarto puesto que logró Elías supo a poco en comparación con la proeza de Dani Pedrosa, que se llevó el título en su debut en los 250 c.c.
En 2005 inició una nueva fase de su carrera al pasar a la categoría máxima, la de MotoGP. En su primer año en la categoría, con el equipo Fortuna Yamaha, sumó un total de 74 puntos y acabó en la duodécima posición de la general. En 2006, tras fichar por el equipo Honda Gresini, obtuvo su primera victoria de MotoGP: en el circuito de Estoril se llevó el gran premio de Portugal tras una memorable lucha con Valentino Rossi. Ese año terminó el mundial en la novena plaza. En 2007, un grave accidente en Assen lo mantuvo alejado de la lucha por el título. Tras perderse varias carreras, terminó duodécimo en la clasificación general. También la temporada 2008 fue discreta; Elías se pasó al equipo Alice Ducati, con el que solamente consiguió dos podios. Con su regreso a Honda en 2009 mejoró su rendimiento, alcanzando al séptima posición en el mundial.
El ansiado título mundial le llegaría en 2010, pero no en MotoGP, sino en la nueva categoría creada ese mismo año y bautizada como Moto2, que substituyó a la de 250 c.c. En cierto modo, Elías volvía ese año a sus orígenes, a esas categorías "menores" en que más de una vez estuvo a punto de saborear el triunfo en un mundial, y la decisión fue sin duda acertadísima: Elías impuso un dominio incontestable ganando siete de los trece primeros grandes premios y proclamándose matemáticamente campeón a tres carreras del final.